Uno de los episodios mas extraños durante mi etapa de estudiante, y que no estuvo asociado para nada a mi vida académica sucedió durante uno de los exámenes médicos que la Universidad nos realizaba una vez al año, antes de comenzar el año académico, es una examen médico donde te examinan, te toman muestras de sangre y pasas un examen “psiquiátrico”.
Este examen “psiquiátrico” lo pongo entre comillas, porque asumo que es realmente un tamizaje para ver si algún estudiante tiene signos de depresión (bastante frecuente) o si por ahí se pesca a algún sujeto mas extraño de lo normal (supongo que para estudiar medicina tienes que estar un poco loco)
En fin, mi promoción en ese entonces contaba con algo de 120 estudiantes, los cuales íbamos el mismo día a pasar el examen, así que ya se imaginarán como era el asunto, había cola hasta para el baño.
Supuestamente el examen que mas puede durar es justamente el psiquiátrico, así que fue uno de los primeros que intenté pasar, llegué dentro de los primeros 20, antes de mi turno, uno de los muchachos se quedó como media hora conversando con el psiquiatra, así que la gente estaba un poco impaciente, y la chacota fue inminente, nos hicieron callar y al rato salió el compañero en cuestión, con la mirada un poco rara…
Llegó mi turno, entré, saludé y me senté frente al Doctor, y el diálogo fue más o menos asi:
PS: ¿Cómo te sientes?
Nam: Bien
PS: ¿Qué tal las vacaciones?
Nam: Bastante bien
PS: ¿Tienes problemas en la casa, o en la Universidad?
Nam: No, para nada
PS: ¿Te gusta el deporte?
Nam: Claro (¿?)
PS: ¿Y que juegas?
Nam: Fútbol
PS: ¿Y de que juegas?
Nam: Delantero (En aquellos tiempos mi condición física, llámese peso y resistencia eran mejores que ahora, obviamente)
PS: ¿Y eres picón?
Nam: ¿?
PS: Claro, si un defensa con maña te patea, ¿qué haces?
Nam: Bueno, depende pues, o me voy para el otro lado, o trato de jugar mas rápido que el, o a la próxima me tiro para que cobren penal.
PS: ¿Y no se la devuelves?
Nam: Bueno, si no me queda otra y puedo hacerlo, de repente en el próximo choque, es fútbol, pues, no?
Después de eso me preguntó sobre los cursos en la Universidad, supongo que tenía los registros de notas de todos, porque me habló de mis notas, me preguntó por mis asesores de Semiología, uno de ellos era un conocido suyo, y me dijo –si, él no pone mas de 15 de nota-, y me despidió –Ok, eso es todo, chau.-
Me despedí, terminé mi examen médico y me fui a mi casa.
Cuatro meses después me llamaron de Asuntos Estudiantiles, tenía que recoger mis resultados, así que lo hice, mientras los revisaba, vi en el cuadrito del examen psiquiátrico una nota: MATRICULA CONDICIONAL A SEGUIMIENTO PERIODICO.
-¿QUEEEEE?, aguanta……no pues, se malean, ¿y yo que hice ahora?-
Justo, por esos azares del destino, fui con el compañero que se demoró como media hora…EXAMEN NORMAL
Estaba que reventaba, y la secretaria de ese entonces, que me conocía (yo había sido compañero de colegio de uno de sus hijos, aunque recién cuando ingresé me enteré que la señora trabajaba ahí) me pregunta que pasa, y le enseño el papel…me mira y se ríe
-Pero si tú no matas una mosca-
-Parece que para este Doctor soy Jack el destripador, y lo peor de todo es que solo hablamos de fútbol-
-¿Y ahora que hago?- le pregunto, y me contesta que eso depende de mi, claro que si lo han puesto ahí que mejor hable con el Jefe de la Oficina, un Doctor bastante bonachón, así que hablé con el y le expliqué el asunto.
Cuando le conté la futbolística conversación primero se rió en mi cara, y luego me dijo que no me preocupe, que al final de cuentas ya estaba matriculado (incluso ya estaba en clases), que hay como 20 alumnos igual que yo, todos peloteros, y que si tanto me preocupaba que vaya a ver al psiquiatra encargado.
Por supuesto nunca fui, el tiempo pasó, cuando llevé el curso de psiquiatría no me encontraron ningún trastorno de personalidad, ni tampoco estaba deprimido, lo cual me hizo pensar que ese tipo estaba en la calle o probablemente afectado por alguna sustancia al momento de la entrevista.
El chico que se demoró media hora aquella vez era depresivo, y lo captaron al año siguiente.
A partir de ahí, cada año los psiquiatras me preguntaban que pasó aquella vez (todos tenían mi ficha clínica), y obviamente la consulta terminaba con una sonora carcajada por parte del entrevistador.
Nunca más volví a ver a ese psiquiatra haciendo entrevistas en los exámenes médicos de la Universidad.
Yo seguí jugando fútbol, aunque cada vez que me pateaban, ya no devolvía, no vaya a ser que me vean por ahí (me volvieron paranoico), bueno… ya no devolvía tanto como antes.
A veces me pongo a pensar, a cuanta gente normal este señor le habrá dicho “Sabes que, ya quemaste cerebro” y cuantos que si necesitaban ayuda han pasado de largo sin recibirla, y cuantos habrán como él, en todos los campos.
Es realmente difícil estar al otro lado del escritorio, cuando el que usa la bata blanca no eres tú.
Este examen “psiquiátrico” lo pongo entre comillas, porque asumo que es realmente un tamizaje para ver si algún estudiante tiene signos de depresión (bastante frecuente) o si por ahí se pesca a algún sujeto mas extraño de lo normal (supongo que para estudiar medicina tienes que estar un poco loco)
En fin, mi promoción en ese entonces contaba con algo de 120 estudiantes, los cuales íbamos el mismo día a pasar el examen, así que ya se imaginarán como era el asunto, había cola hasta para el baño.
Supuestamente el examen que mas puede durar es justamente el psiquiátrico, así que fue uno de los primeros que intenté pasar, llegué dentro de los primeros 20, antes de mi turno, uno de los muchachos se quedó como media hora conversando con el psiquiatra, así que la gente estaba un poco impaciente, y la chacota fue inminente, nos hicieron callar y al rato salió el compañero en cuestión, con la mirada un poco rara…
Llegó mi turno, entré, saludé y me senté frente al Doctor, y el diálogo fue más o menos asi:
PS: ¿Cómo te sientes?
Nam: Bien
PS: ¿Qué tal las vacaciones?
Nam: Bastante bien
PS: ¿Tienes problemas en la casa, o en la Universidad?
Nam: No, para nada
PS: ¿Te gusta el deporte?
Nam: Claro (¿?)
PS: ¿Y que juegas?
Nam: Fútbol
PS: ¿Y de que juegas?
Nam: Delantero (En aquellos tiempos mi condición física, llámese peso y resistencia eran mejores que ahora, obviamente)
PS: ¿Y eres picón?
Nam: ¿?
PS: Claro, si un defensa con maña te patea, ¿qué haces?
Nam: Bueno, depende pues, o me voy para el otro lado, o trato de jugar mas rápido que el, o a la próxima me tiro para que cobren penal.
PS: ¿Y no se la devuelves?
Nam: Bueno, si no me queda otra y puedo hacerlo, de repente en el próximo choque, es fútbol, pues, no?
Después de eso me preguntó sobre los cursos en la Universidad, supongo que tenía los registros de notas de todos, porque me habló de mis notas, me preguntó por mis asesores de Semiología, uno de ellos era un conocido suyo, y me dijo –si, él no pone mas de 15 de nota-, y me despidió –Ok, eso es todo, chau.-
Me despedí, terminé mi examen médico y me fui a mi casa.
Cuatro meses después me llamaron de Asuntos Estudiantiles, tenía que recoger mis resultados, así que lo hice, mientras los revisaba, vi en el cuadrito del examen psiquiátrico una nota: MATRICULA CONDICIONAL A SEGUIMIENTO PERIODICO.
-¿QUEEEEE?, aguanta……no pues, se malean, ¿y yo que hice ahora?-
Justo, por esos azares del destino, fui con el compañero que se demoró como media hora…EXAMEN NORMAL
Estaba que reventaba, y la secretaria de ese entonces, que me conocía (yo había sido compañero de colegio de uno de sus hijos, aunque recién cuando ingresé me enteré que la señora trabajaba ahí) me pregunta que pasa, y le enseño el papel…me mira y se ríe
-Pero si tú no matas una mosca-
-Parece que para este Doctor soy Jack el destripador, y lo peor de todo es que solo hablamos de fútbol-
-¿Y ahora que hago?- le pregunto, y me contesta que eso depende de mi, claro que si lo han puesto ahí que mejor hable con el Jefe de la Oficina, un Doctor bastante bonachón, así que hablé con el y le expliqué el asunto.
Cuando le conté la futbolística conversación primero se rió en mi cara, y luego me dijo que no me preocupe, que al final de cuentas ya estaba matriculado (incluso ya estaba en clases), que hay como 20 alumnos igual que yo, todos peloteros, y que si tanto me preocupaba que vaya a ver al psiquiatra encargado.
Por supuesto nunca fui, el tiempo pasó, cuando llevé el curso de psiquiatría no me encontraron ningún trastorno de personalidad, ni tampoco estaba deprimido, lo cual me hizo pensar que ese tipo estaba en la calle o probablemente afectado por alguna sustancia al momento de la entrevista.
El chico que se demoró media hora aquella vez era depresivo, y lo captaron al año siguiente.
A partir de ahí, cada año los psiquiatras me preguntaban que pasó aquella vez (todos tenían mi ficha clínica), y obviamente la consulta terminaba con una sonora carcajada por parte del entrevistador.
Nunca más volví a ver a ese psiquiatra haciendo entrevistas en los exámenes médicos de la Universidad.
Yo seguí jugando fútbol, aunque cada vez que me pateaban, ya no devolvía, no vaya a ser que me vean por ahí (me volvieron paranoico), bueno… ya no devolvía tanto como antes.
A veces me pongo a pensar, a cuanta gente normal este señor le habrá dicho “Sabes que, ya quemaste cerebro” y cuantos que si necesitaban ayuda han pasado de largo sin recibirla, y cuantos habrán como él, en todos los campos.
Es realmente difícil estar al otro lado del escritorio, cuando el que usa la bata blanca no eres tú.