martes, mayo 29, 2007

El grito del silencio

Hace unos días estuve leyendo un post de Danza acerca de la legalización del aborto en México, leí los diferentes comentarios al respecto, y como era de esperarse, este tema siempre crea gran controversia.
Y como no soy bueno haciendo posts de opinión, lo que mejor me pareció fue compartir con ustedes experiencias dentro del Hospital relacionadas con este tipo de prácticas.
Era Noviembre del 97, externo de Ginecología en mi Hospital y de guardia, habitualmente los externos se la pasan en sala de partos, pero esta vez el residente de tercer año me mandó a Emergencia porque había mucho trabajo, habían unos cuantos ingresos y teníamos que evaluarlos.
Uno de ellos era una mujer joven, de unos 20 años, que venía por sangrado de dos días y no paraba, decía que la menstruación era irregular, y “botaba coágulos”, y aquí la primera regla: Nadie viene a la emergencia de un Hospital por “coágulos”, debe haber algo más, le tomo la temperatura, casi 38ºC, un poco de dolor en el abdomen, y luego el examen ginecológico por el residente, que me llama y me enseña entre los coágulos que salían un tejido que aparentaba una consistencia diferente a la del coagulo, -“restos”- me dice, termina de cerrar las cortinas y me dice que me quede, y comienza a preguntar.
Residente: Porque vienes?
Paciente: Es que estoy sangrando Doctor
R: Por eso nomás?
P: Si Doctor
R: No te has hecho nada?
P: No doctor.
R: Cuando fue tu ultima regla?
P: ****/**/** (tres meses antes)
Le preguntó como 5 veces mas si se había hecho algo, hasta que ante tanta insistencia y con la última frase que es la definitiva –Mira, si te has hecho algo y no nos dices, te puedes hasta morir, porque es posible que tengas una infección ahí abajo- finalmente aceptó haberse practicado un aborto en algún lugar, fue necesario un legrado para sacar todos los restos de placenta que tenía infectados y un curso largo de antibióticos endovenosos.
Este es un caso clásico donde al final la paciente solo se quedó hospitalizada, sin embargo en ese mismo mes tuve el triste privilegio de ser el elegido para quedarme toda una madrugada monitorizando una dopamina (droga para levantar la presión en pacientes con shock) en una chica con shock séptico, una condición clínica crítica producto de una infección, finalmente la paciente ante la imposibilidad de controlar la infección con antibióticos tuvo que ser sometida a una Histerectomía abdominal total, o sea, se le tuvo que sacar el útero, que estaba completamente infectado, se le salvó la vida a cambio de quitarle la posibilidad de ser madre para siempre al menos de manera natural, y sin embargo, aun estando al borde de la muerte, no aceptó sino hasta después de la cirugía que se había practicado un aborto.
De estos últimos casos he visto alrededor de diez, infecciones por restos placentarios retenidos, perforaciones de útero, e incluso hay quien no llegó a tiempo a la emergencia y se quedó en el camino.
De los primeros casos he visto demasiados, hay tantos que realmente se horrorizarían de saber el número, y esto sólo en un Hospital en Lima, supongo que en otros es lo mismo, y lo que mas les llamaría la atención es saber que varias de las pacientes lo han hecho más de una vez.
Como persona tengo una opinión que intenta no opacar la objetividad profesional que debo mantener ante un paciente que acude a nosotros por un problema, cualquiera que sea, sé que me estoy metiendo en camisa de once varas al escribir de este asunto ya que hay quienes seguramente me pedirán una solución y no una opinión, y hay quien me dirá que estoy hablando piedras lo cual es perfectamente comprensible y es posible que sea cierto.
Si me preguntaran si nuestra sociedad peruana esta lista para tomar una decisión como la mejicana mi opinión seria que no estamos preparados para afrontar tamaña responsabilidad, la verdad no sé si ellos lo están, el diferente peso que se le otorgan a ciertos derechos fundamentales como la vida y la libertad individual en diferentes circunstancias, de acuerdo al cristal con que se miren y a quien lo mire, así como las diferencias entre las escalas de valores en los individuos de un mismo grupo humano, hacen que puntos como éste dividan mas a nuestra ya fragmentada sociedad.
He conocido personas en movimientos contra el aborto, comparto algunas de sus ideas, pero no la forma en la que quieren llegar a las personas, partiendo de una idea muy noble y que requiere dialogo terminan cerrándose en un circulo a través del cual no llegan a nadie mas allá de su pequeño campo de acción, y cuando hacen campañas en la población la gente va por los regalos y no escucha ni entiende un comino de lo que les quieren decir, no digo que sean todos, pero es lo que he visto.
He conocido personas que defienden a capa y espada el derecho de la mujer a decidir por su propio cuerpo teniendo en cuenta su derecho a la libertad individual, que no tienen porque traer a una criatura sin oportunidades a un mundo disfuncional del que ellos forman parte, y que dejan abierta la posibilidad de legalizar el aborto en el país, muchos de ellos gente muy preparada y que expone sus razones de una manera bastante decidida, nuevamente algunas de estas personas tampoco son muy susceptibles al diálogo, no todas pero igual, de que las hay, las hay.
Que hacer, entonces? Y ahí viene el dolor de cabeza, porque mientras todos gritan y se jalan de los cabellos, lo cierto es que la gente se sigue muriendo, mueren niños y mueren madres.
Legalizar el aborto “mejoraría” las cosas? Honestamente no lo creo, los abortos complicados corresponden generalmente a personas de bajos recursos, las mismas que no tendrán dinero para pagar un aborto “legal”, y como es costumbre nuestra, siempre habrá gente que quiera sacarle la vuelta al sistema, y gente que se prestará para que eso suceda.
Quedarnos así, de brazos cruzados, “mejoraría” las cosas? Parece que no, eso es lo que se ha venido haciendo todo este tiempo, ustedes que dicen?
Lo que humildemente desde mi posición veo es que es sorprendente que en un país que tiene un Programa de Planificación Familiar donde TODO desde la consulta hasta las medicinas es COMPLETAMENTE GRATIS, se tenga un número de complicaciones por abortos tan grande, no hablo de abortos sino de las complicaciones, lo cual hace suponer que el numero de abortos practicados pues debe ser considerablemente alto, entonces la pregunta que se cae de madura es…si no quieren tener hijos, porque no se cuidan en vez de abortar?.
No pretendo hacer analogías ni comparaciones con otras realidades porque no las conozco, pero si creo que lo primero que deben tener no solo las mujeres peruanas sino todos los peruanos es conciencia de lo que tenemos entre manos, y para ello debemos estar informados, pero no solo información en un papel con un corazón por gente que viene a tocarte la puerta una vez al mes, o no solo videos de fetos mutilados en las Universidades o en los grandes auditorios donde va gente que ya sabe como va el asunto, o repetir ese rollo del derecho a la libertad individual del que tanto hablamos pero que no entendemos o no queremos entender, sino todo el paquete completo, analizar las poblaciones en riesgo (adolescentes, personas de bajos recursos económicos, etc.) para que podamos medir la dimensión real de lo que tenemos al frente, y para ello, uno de los puntos importantes creo yo, es desenrollar toda la maraña que está alrededor de este tema y encontrar el verdadero problema que seguramente no es solo uno, y quizás solo entonces, una vez planteadas las formas de corregirlos, podamos preguntarnos nuevamente si es necesario ir mas allá tomando decisiones como la mexicana.
Talvez, y esta es de repente una esperanza tonta, si se lograran pulir esas aristas, talvez no sea necesario.

viernes, mayo 25, 2007

Los Jinetes del Apocalipsis


…Serán talvez los potros de bárbaros Atilas
o los Heraldos Negros que nos manda la muerte…

(Cesar Vallejo, Los Heraldos Negros-1918)

Sin llegar a ser dramático, quise poner esta introducción a propósito de un tema en el que quizá peque de redundante, pero como ha formado y forma parte de mi existencia, lo sigo mencionando y es el tema de los quesos y las nubes negras que los siguen cual fieles escuderos a donde quiera que se dirijan, provocando que los lugares donde estos sujetos se encuentren sean testigos de calamidades de gran magnitud.
En esta oportunidad me quiero referir exactamente a mi Promoción de Pregrado, la Promoción que egreso en Marzo del 99 de la Facultad de Medicina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, y a cuatro sujetos que, a pesar de prácticamente nunca haber estado juntos entre ellos (los cuatro pertenecíamos a grupos diferentes, aunque una de ellos era muy amiga mía) fueron calificados por toda la promoción de manera unánime como calamidades andantes, y bajo el termino de quesos (para mayor información
este post), recibieron la dramática denominación de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
Cuenta la historia (al decir historia me refiero a la gente alrededor de estos quesos), que a estos sujetos les ocurrían cosas inverosímiles, a pesar que la mayoría de veces hacían las cosas como debían ser, por alguna razón se provocaba un efecto dominó que concluía en catástrofe, y ese algo era, de manera comprobada, su sola presencia.

El primero de la lista en orden de apellido, aunque no lo voy a poner, era el llamado “Innombrable”, dice la vieja leyenda que si mencionas su nombre 3 veces acabas de invocar su aura y te sucederán desgracias una tras otra, es el único interno en la historia de la Emergencia de Pediatría en Cayetano que ha hecho que un R3 haga historia clínica 2 veces (para que un R3 haga historia tienen que haber 15 ingresos en la noche), y sus pisos parecian unidades de cuidados intensivos pediátricos.

La segunda es actualmente una flamante Pediatra especializada en Cuidados Intensivos Neonatales, pese a su aparente tranquilidad, cara de inocencia y al hecho que no mata una mosca, cada vez que pisaba algún lugar simplemente los pacientes comenzaban a perder presión, sangraban, o si pisaba una emergencia era seguro que ese día no descansaba ni el de limpieza, ha sido inmortalizada agregándole la palabra queso a su nombre de pila.
La tercera, una muy buena amiga mía, actualmente Geriatra, simplemente era de aquellos que se paran a mirar o a conversar contigo de pasada y al rato el paciente que estaba tranquilito dos camas mas allá se pone a convulsionar, el del frente hace dificultad respiratoria o un infarto delante tuyo y la abuelita de tres camas mas atrás entra en paro, ha sido la única persona que he visto que ha tenido tres paros en simultáneo en la Unidad de Cuidados Intensivos, y a pesar que es uno de los mejores médicos que conozco, estudiosa y con bastante capacidad de análisis, fue muy fácil saber en que mes roto en UCI cuando era residente, ya que la curva de mortalidad que normalmente no oscila mucho hizo un pico de sismógrafo sintiendo un grado 10, y es que los pacientes que tenia en ese tiempo eran penales inatajables.

El cuarto, vuestro humilde servidor, entró a este grupo de elite gracias a una historia que relate en este post, 8 baleados en una guardia no los tiene cualquiera, de externo en el Loayza recuerdo que en una guardia el Asistente del Servicio me pidió muy amablemente que me vaya a descansar, que duerma lo que quiera, pero que por favor no me acerque al tópico, que el me pone una buena calificación, en esa guardia no íbamos ni por la mitad del turno y ya teníamos 100 pacientes atendidos, lo cual para el Loayza es una barbaridad, luego que me fui vieron 15 mas en lo que quedó de la guardia, ninguno grave.
La situación no cambio para los 3 últimos luego de graduados, al innombrable le perdí el rastro luego de acabar la carrera (como ven solo lo he mencionado dos veces en todo el post), aunque supongo que al igual que nosotros, no ha perdido el aura negra.

La segunda quesa durante su residencia en Pediatría nunca hubo una noche que no me la cruce en el laboratorio parada esperando resultados con la clásica frase –Me quesee-
La tercera, nunca perdió el toque, ni de R3 ni de R4; piso que visitaba, piso que queseaba, no fueron pocas las veces en que, ya de R3 la tuve que botar de mi piso para que nuestras auras juntas no hagan colapsar el de por si ya endeble sistema.
En mi caso, de residente a veces en las guardias me aburría de estar en piso y bajaba a ver que tenían en la emergencia, mi compañero R1 (que por esos azares de la vida era casi siempre el mismo, mi buen amigo el Cheng) me comenzaba a maldecir ya que en ese preciso instante aparecía un anciano vomitando sangre, una abuelita traída por los bomberos respirando 60 veces por minuto, y alguno que otro paciente con un accidente cerebrovascular (derrame), incluso los asistentes me miraban con cara de resignación cuando estaba de guardia. Cuando trabaje en una Institución del Estado por unos meses antes de venir a Japón, solo medio turno, diagnostiqué una apendicitis, una hemorragia ginecológica, dos infartos entre otras cosas, en un lugar que había pedido medico solo para cumplir con ciertos requisitos por ser una Institución bastante grande.

Como dice uno de mis mejores amigos, refiriéndose a nosotros, - No has escuchado hablar de los cuatro jinetes del apocalipsis? Donde pisan no crece la hierba-

Despues de todo, que me queda decir, al menos, somos cuatro sujetos fácilmente ubicables en una promoción de 120, aunque la razón va entre la anécdota, la superstición y la forma de vida dentro de un Hospital.

miércoles, mayo 23, 2007

Una piedra en el camino

Estuve alejado del mundo de los blogs por unas semanas debido a que se acaba de iniciar un proyecto grande que estaba esperando desde hace un tiempo en el laboratorio, cuando me di cuenta ya había pasado una semana y no había leído posts ni hecho ninguno, y al poco tiempo ya habían pasado dos, y así sucesivamente, hace unos días en un descanso escribí dos posts, pero como los hice en la laptop del laboratorio (que no tiene acentos), tenia que tomarme el trabajo de pasarlos a mi maquina, y eso dejó a los mencionados posts en el limbo del cual espero recuperarlos en algún momento.
Ahora les quiero contar de un caso cuya particularidad es que el paciente en cuestión es nada menos que quien les escribe, si, los médicos también nos enfermamos.
Corría el verano del 2005, R3 de Medicina Interna en ese momento rotando en Piso, Jefe de Residentes del Departamento de Medicina del Hospital, con todas las cargas académicas y administrativas que eso implica, que fulanito no vino, que zutanito llego tarde a la guardia, que los residentes de emergencia no se dan abasto, que el cirujano no viene a ver al paciente, que la reunión de tal día todavía no tiene expositor, que te llaman de Jefatura, de la Dirección, y una larga lista de etcéteras que obviamente no voy a mencionar para no estresarme.
Un día miércoles en la tarde, salía de piso directo a la Ronda de Cardiología, y a medio camino un ligero dolor en la espalda llamó mi atención, fue súbito, intenso, pero como andaba con mil cosas en la cabeza, seguí caminando y pensando en lo que había que hacer, al llegar al auditorio me llaman los residentes de cardiología, hay una angioplastía y el asistente que debe estar en la reunión ha entrado a sala de cateterismos, doy por suspendida la reunión y les informo a los residentes, sigo con el dolor que esta vez se hace mas intenso y me dificulta caminar, lo hago pero un poco inclinado y tomándome la región lumbar con la mano derecha, aun queriendo creer que era solo un “dolorcito” aunque era obvio que no, fui a la emergencia, donde me tomé unas pruebas, confirmándose mi mayor temor: cólico renal, urolitiasis, o cálculos en los riñones, como quieran llamarlo.
Cuando el dolor se agudizó tuve que apoyarme en una camilla, aunque la verdad el dolor es tan intenso que no existe una posición que lo calme, dicen que es un dolor comparable a los dolores del parto, de ser así, mis respetos a todas aquellas mujeres que han tenido partos normales; el asistente me obligó a sentarme y me pusieron un opiáceo para el dolor (y me plancharon) con ello calmó y aunque estuve fuera de combate unas horas, a las 7 de la noche ya estuve en condiciones de pasar una pequeña visita en el piso para enterarme que había pasado en mi ausencia, al irme a mi casa, me dejé la vía puesta en el brazo, hombre precavido vale por dos, el dolor me asaltó en la madrugada y tuve que recurrir nuevamente a un potente analgésico.
La urolitiasis, o cálculos en la vía urinaria, es una enfermedad bastante frecuente, ocurre cuando hay un excesivo depósito de cristales en la vía urinaria, preferiblemente en los cálices renales y se comienzan a formar estructuras sólidas que llegan en muchos casos a obstruir total o parcialmente el flujo de orina de ese lado.
Cuando el calculo formado es empujado por la orina y sale del riñón, pasa a través del uréter (conducto que comunica el riñón con la vejiga), donde puede lesionar el interior del mismo, provocando un pequeño sangrado que puede o no verse en la orina, dependiendo de la intensidad del mismo.
Por otro lado, el pasaje del calculo a través del uréter no es rápido, sino que toma su tiempo, las fibras musculares del uréter van empujando el calculo hacia la vejiga, mientras la orina se va acumulando, dilatando el ureter por la cantidad de volumen que hay por encima del calculo, esta dilatación es la que provoca el dolor intenso, lancinante y característico del cólico renal.
El tratamiento consiste en calmar el dolor, hidratar al paciente y esperar que el uréter haga su trabajo y elimine el calculo hacia la vejiga, momento en que el dolor cede, para luego convertirse en una ligera molestia previa a la expulsión del calculo durante la micción.
Este episodio fue traído a colación que el Domingo de la semana pasada, casi dos años después del primer episodio, el lado izquierdo de mi aparato excretor me jugó otra vez una mala pasada, si bien esta vez no fue en el Hospital, el dolor fue mas intenso, tanto como para pensar en meterte un cabezaso contra una pared de ladrillos sin tarrajear para ver que duele mas, afortunadamente si bien yo no ejerzo aquí, los colegas japoneses de mi laboratorio si, un amigo me llevo a su Clínica donde recibí unos calmantes y unos días después el calculo con forma de estrella ninja (es que estamos en Japón pues) finalmente salió.
No todas las piedras en el camino son necesariamente metafóricas, algunas incluso están literalmente dentro de uno, sin embargo, liberarse de ellas y enfrentar la adversidad que suponen siempre es una respuesta común, para todas las piedras que uno encuentra en el rumbo que haya decidido, literales o no.

Gracias a todos por sus saludos mientras estuve ausente, aqui estan las señales de vida, prometo ponerme al día en sus blogs.