lunes, enero 29, 2007

Los inquilinos

Para todos aquellos que están familiarizados con la vida dentro de un Hospital Nacional, no es raro encontrarse con la historia de al menos una persona que llego a la institución por X razones y que, por falta de recursos económicos, de familiares o en su defecto de personas que se hagan responsables de su tratamiento terminaron quedándose por periodos prolongados, convirtiéndose en parte del paisaje intrahospitalario muchas veces hasta que alguna alma caritativa les brinde su apoyo o hasta que se despide por otras razones.
Los que presento a continuación son solo unos de los tantos que he visto a lo largo de mi corta vida académica:
La anciana que llegó por una neumonía y cuyo hijo, quien decía ser periodista, solo la iba a ver como dice mi madre “cada vez que San Juan baja el dedo”, y cada vez que se le daba una receta desaparecía por semanas enteras y regresaba en horas que no estaba el equipo normal de piso, cuando mejoró, se le dió de alta y el hijo desapareció por mas de un mes, cuando volvió, la señora había contraído una infección intrahospitalaria, de la que se recuperó paulatinamente y en unas semanas estuvo nuevamente en condiciones de alta, el hijo volvió a desaparecer por otro mes y cuando regresó la señora nuevamente se había infectado, esta vez aunque le conseguimos algunos medicamentos los resultados no fueron tan exitosos y se perdió la batalla, al final el hijo desapareció una última vez y no sabemos si llegó a recoger a su madre.
La joven mujer que padecía de un problema respiratorio crónico, después de tener el diagnóstico de fibrosis pulmonar, se le indicó oxígeno permanente, sin embargo, no tenía familia y no contaba con medios para alquilar un balón de oxígeno, se quedó en el Hospital por casi dos años, finalmente la enfermedad progresó y también se perdió.
Un paciente que los bomberos encontraron en la calle, que no respondía al llamado y que parecía tener una parálisis del lado derecho del cuerpo, luego de los exámenes resultó que esa parálisis era una secuela y el paciente padecía de retraso mental, se quedó como 7 meses en la emergencia, caminando en la sala de observación como parte del paisaje habitual del servicio, ya saludaba a los médicos, con él hubo suerte, un familiar de un paciente que llegó de visita lo identificó y resulta que era de Huacho, como llegó hasta Lima, nadie sabe, fue llevado a Huacho y encontraron a su familia que lo daba por muerto.
Un paciente que padecía de epilepsia y era llevado al Hospital frecuentemente por los bomberos debido a las convulsiones, se quedaba por periodos de tiempo prolongado ya que no tenía dinero para irse de alta, y se le veía ayudar a las enfermeras y pasear a algunos pacientes ayudándolos, dándole de comer a los que no podían, con la intención de que lo dejen quedarse mas tiempo en el Hospital por un plato de comida.
Para no alargar la lista solo diré que hay muchos mas, mientras revisaba algunos comentarios de un post previo leí uno que me pareció muy atinado y que me hizo pensar en escribir este post, en el Perú la medicina es un lujo, esa realidad es lamentablemente palpable en la mayoría de los pacientes que acuden a un Hospital.
La falta de dinero y el abandono social son dos de los factores que deciden el éxito de un tratamiento, no solo dentro del hospital sino en el seguimiento, el cual en esos casos es desafortunadamente nulo, lo cual es totalmente desalentador.
Sin embargo lo trágico es que estas características son denominadores comunes que caracterizan al paciente de un Hospital, y no hay hasta ahora una manera de solucionarlos, dejándonos muchas veces atados de manos mientras vemos como las enfermedades van evolucionando de manera natural frente a nuestros ojos.
Lo que ocurre en el Hospital es un reflejo de lo que ocurre en el resto del Perú, pobreza, miseria, abandono, falta de responsabilidad, falta de coordinación, protestas por parte de terceras personas que desean sacar provecho de las situaciones (de ello comentaré en otra ocasión). Como dice muy bien el amigo blogger con seudónimo de película surrealista, es una realidad infausta que debería cambiar.

miércoles, enero 24, 2007

Siempre vale la pena

Era sábado, diciembre del 2002, un día como cualquier otro en la emergencia tan particular de mi Hospital (Nótese que digo mi Hospital a pesar que hace casi 2 años que no trabajo ahí, y es que ese sitio ha sido mi casa por mucho tiempo), con la diferencia que los sábados el turno se acaba a mediodía, en tal sentido, estábamos corriendo con todas nuestras atenciones lo mas rápido posible para tener a nuestros pacientes listos antes del cambio de turno, y que solo nos quede recoger los resultados de los exámenes y revisarlos con el R2.

Pero como soy un queso, una hora antes del cambio de turno comenzaron a llegar paciente tras paciente, uno en peores condiciones que el anterior, un par de intoxicaciones alimentarias, dos crisis asmáticas, dos deshidratados por diarrea que no pueden tomar liquidos, el clásico paciente con TBC que desaparece de sus controles y viene con hemoptisis (tosiendo sangre) otra vez mientras no sabes que hacer porque no hay sitio para hospitalizarlo, al final lo haces esperar en una silla con su vía mientras le traen la camilla, obviamente tiene que hospitalizarse, además necesita oxigeno, el camillero se fue a almorzar y la enfermera esta administrando medicinas. Como ya eres un tigre, agarras el carrito que lleva los balones de oxígeno, que es un cochecito de fierro y bajas al sótano, entras al lugar donde están amontonados los balones y no ves a nadie, rápida y furtivamente colocas el balón en el cochecito y regresas a la emergencia, nadie te vio y no pasó nada, por ahí siempre alguna técnica que es tu pata te consigue la válvula para el balón, “prestadita nomás doctor”, -si, claro-, mientras la enfermera regresa y se da cuenta que hay un balón de mas, le pido que arregle su tablero de inventario y que le devuelva la válvula a la técnica para la próxima vez, que le debo una gaseosa, se ríe y arregla los papeles.

Entonces vuelvo al tópico y veo a una señora bien vestida en comparación al paciente promedio de mi hospital, con una aparente parálisis facial, sujetada por el esposo, mis compañeros estaban full, y parecía que la pareja ya tenia buen rato esperando, los hago pasar y veo que la señora se sujetaba del esposo, pero realmente daba la impresión de que estaba tratando de llamar la atención, toma asiento y me cuenta que el día anterior, bruscamente presenta la parálisis facial, acude a un hospital donde tienen atención por el esposo y le diagnostican parálisis facial periférica, lo que a todas luces parecía tener, le dan tratamiento y a la casa, sin embargo, durante el sábado ha notado que aunque puede levantarse de la posición sentada a parada, al hacerlo al revés no aguanta su peso y cae sentada, volvió a ese hospital y como ya tenía diagnóstico no le hicieron caso y la devolvieron a su casa, por eso acudió a nuestra emergencia; la hago caminar y realmente no parecía tener algo que llame mucho la atención, le hago el examen neurológico, y parecía tener una leve debilidad muscular en las piernas, no estaba seguro de qué podría ser, pero algo tenía.

El esposo me dijo que si la podía llevar a la casa, ante mi negativa me dijo que el podía firmarme un documento en el cual me exoneraba de cualquier responsabilidad (o sea, para que me diga eso tienen que haberlo hecho firmar ese documento anteriormente en otro lado), el R2 estaba impaciente pidiendo que liberemos el tópico, que la guardia comenzaba en cualquier momento y cuando escuchó lo del papel me miró como diciendo –ya pues, que esperas-, le pedí al esposo que por favor espere, crucé los dedos y recé para encontrar a alguien de Neuro un sábado a mediodía en el Hospital, el caso de la señora estaba un poco raro, no sabía qué era pero sabía que no se podía ir a su casa.

Y parece que alguien allá arriba (y no me refiero al 2do piso) me estaba escuchando, justo en ese momento aparece el R3 de Neuro caminando tranquilo e inocente de toda culpa, ya de salida, cuando le pase la voz y lo intercepté, me miró y puso cara de “ya fui”, y lo llevé a ver a la paciente; al principio también dudó, el examen no era claro, hasta que tras revisarla por enésima vez, encontró mayor debilidad en las piernas, -pucha Nam, esta señora se queda- (Colón, eso ya lo sé, pero no sé qué tiene), lo miro como preguntándole, y me dice que hay que hacer pruebas pero que es posible que sea un Guillain-Barré.

El Síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad neurológica aguda que ataca al sistema nervioso periférico y provoca la parálisis de los músculos afectados, habitualmente es ascendente, primero piernas, luego abdomen, músculos respiratorios y ahí es cuando requiere manejo en una unidad de cuidados intensivos para el uso de ventilador mecánico, el paciente no ve afectado su sistema nervioso central, es decir, sus funciones cerebrales están intactas, por lo tanto todo esto le ocurre estando despierto.

El tratamiento habitual en sitios que no cuentan con un procedimiento conocido como plasmaféresis es solo mantenimiento, esperar que poco a poco el organismo vaya restableciendo sus funciones y el paciente vaya mejorando, lo cual muchas veces significa meses en condición de dependencia total, en algunos de los casos con recuperación total y otros parcial del movimiento.

El caso de la señora fue una rara variante de este síndrome, denominada Miller-Fisher, y comenzó en los nervios craneales, evolucionando en pocas horas, al día siguiente que la vimos ya la parálisis era bilateral y el siguiente a ese ya estaba en cuidados intensivos con ventilador, y fue mi mejor amigo quien la tuvo a su cargo como R2 en Cuidados Intensivos en aquellos tiempos.

Siempre que me he encontrado con este amigo neurólogo, que ahora es asistente del servicio de Neurología del Hospital, recordábamos este episodio, la verdad es que el pata examinando es un tigre, y nunca lo he visto dudar tanto y hasta sudar como esa vez, la señora era un caso realmente difícil, hubo mucha suerte, y creo que también cayo un poquito de iluminación desde arriba, era el primer caso de esos que yo veía y el segundo de este R3 en toda su carrera, para que vean lo raro que es.

La verdad es que todo inclinaba la balanza para que la señora se vaya a su casa ese día, la cantidad de gente, los pacientes de la cola que se espantaron y se fueron al ver al paciente de la hemoptisis expectorando sangre en el centro del tópico, la primera impresión que dió de estar exagerando las cosas, el esposo pidiéndome retirarse voluntariamente, mi R2 presionándome, sin embargo dentro de toda la queseada siempre quedaba el compromiso que uno tiene para con la persona que está al frente y para contigo mismo, eso nos pasó al R3 y a mi ese día.

Hay momentos en la emergencia que te obligan a tomar decisiones rápidas pero acertadas, si no lo son, te cuestan una vida, esta fue una de ellas, ha sido uno de los casos mas difíciles que me encontrado en la emergencia, no por el manejo, sino por el problema del diagnóstico, en este caso la señora traía una “etiqueta” como le decimos a un diagnóstico preestablecido no confirmado, de parálisis facial periférica, si me lo hubiera comido, chau, y encima nunca en mi vida había visto lo que tenía al frente, por fortuna el R3 apareció en mi auxilio, si el no pescaba el diagnóstico posible también chau porque no le hubieran podido reservar cama y ventilador mecánico en UCI tan rápido cuando hubiera tenido problemas para respirar. Al final el ojo clínico (la cancha), la intuición del médico (también cancha) y la prevención pudieron más que otras cosas.

Más de un año después, en abril del 2004, estaba rotando en Neuro, ya faltaba poco para ser R3, y estaba en el consultorio, cuando el ya R4 de Neurología me llama y me dice que alguien quiere saludarme, grande fue mi sorpresa al encontrar a la señora que estuvo 4 meses hospitalizada en UCI, bastante recuperada y caminando sin ayuda de bastones esta vez, me dijo que no había tenido la oportunidad de agradecerme lo de aquella vez, yo solo asentí con la cabeza, y le dije que me alegraba de verla recuperada.

Son esos momentos los que te quitan el cansancio, ver la sonrisa de la señora después de haberla visto en aquella situación tan complicada, tiene un significado muy especial, te da la fuerza para sentir que tantas noches sin dormir, las tazas de café, los puchos de amanecida, las cuadradas de los residentes de años superiores y de los asistentes y las mil queseadas en la emergencia, todo ello siempre vale la pena.

sábado, enero 20, 2007

Los choferes de interprovinciales

Es solo la imagen de un bus que bajé de internet, no he puesto otras imágenes para no herir susceptibilidades.

Cuando estaba en Lima las veía por televisión o las leía en el periódico, ahora que estoy lejos, las leo por Internet, me refiero a las noticias, y cuando a tragedias se refiere, es poco usual que estas no estén relacionadas a un bus interprovincial.
Y es que para todos los que hemos viajado en esos buses, parece que salvo raras excepciones, hubiera un concurso para ver quien es el más delincuente de los choferes, el que gana se queda con el puesto.
Para muestra dos botones:
Corría el año 1994, estabamos en 4to año de medicina y unos amigos y yo decidimos aceptar la invitación de la madre de uno de nosotros de ir a pasar las vacaciones de medio año a la casa de los abuelos en el poblado de Huallanca, entre Ancash y Huanuco, primero fuimos a Huaraz e hicimos un poco de turismo por ahí unos 3 dias y el cuarto nos encaminamos a dicho pueblo, ese día trajo tantas penurias que podrían ser motivo de un post, basta con resumir que el carro que nos iba a recoger nunca llegó, que tomamos una camioneta que se malograba cada 2 kilómetros y había que empujarla, que en ese plan llegó la noche, que nos perdimos en esa noche con granizo y sin luna a mas de 4000 metros de altura mientras la camioneta se alejaba luego de agarrar fuerza después de empujarla, y que tuve un episodio de broncoespasmo (crisis asmática) por primera vez en mi vida, en aquel recóndito lugar de la serranía peruana; a lo que iba, finalmente el carro murió y nos quedamos adentro esperando que pase otro que nos lleve, y como a las 11 de la noche aparece un Interprovincial, el carro ya estaba lleno, entramos como pudimos, parecía un micro, en fin, mientras comenzábamos a formar parte de la masa humana compacta dentro del bus escuché una musiquita folklórica y unos golpes en la cabina del conductor, y adivinen que, el chofer ESTABA ZAPATEANDO EL HUAYNO mientra conducía, al tiempo que la terramoza y el ayudante o lo que fuere estaban bebiendo algo en tragos pequeños que no parecía gaseosa precisamente, intenté observar el panorama afuera, no se veía nada y la carretera afirmada era para un solo vehículo, sumamente angosta, aun así, el conductor seguía en su zapateo, el cual solo se detuvo en la garita de control policial de una mina cercana, aunque llegamos a destino (asustados pero llegamos), al salir se notaba el tufazo que había en la cabina, si el chofer estuvo chupando, es posible; aquí viene lo peor, días después una de las tías de mi amigo nos cuenta que uno de los carros de la misma empresa que nos trajo se desbarrancó a los dos días, de regreso a Lima, apuesto a que fue ese.
El año 2001, ya como médico, estuve haciendo unos trabajos para una empresa privada, básicamente chequeos de personal, uno de ellos fue en una mina que queda a una hora de Oyón, camino a Cerro de Pasco, no recuerdo el nombre, el punto es que en el camino de ida, entre Churín y Oyón, una de las dos 4x4 que nos llevaba sufrió un desperfecto, el problema era que eso ocurrió justo en un tramo estrecho de carretera afirmada, en un lado el cerro y en el otro un precipicio bastante profundo, los conductores estaban revisando el carro cuando aparece un interprovincial (Ojo, era de día) y el chofer de la camioneta donde yo iba le hace señas para que se detenga con el fin de cuadrar mejor los carros para que el bus pueda pasar bien, no se que habrá entendido el tipo que manejaba el bus, la cosa es que con un ademán con la mano de “vete a la ….” siguió avanzando, pasó a un costado de nuestra camioneta pero al pasar al costado de la segunda ya no tenía espacio, y giró con todo , aún así no fue suficiente y rozó la camioneta, y lo peor de todo fue que una de las llantas se quedó enganchada entre un poco de tierra suelta y una piedra grande, no hubiera sido problema si esto no hubiera ocurrido a escasos centímetros del precipicio, y lo siguiente fue que el chofer, en vez de retroceder el carro para colocarlo en un lugar seguro, SE BAJO A PELEAR con los conductores de las camionetas, primero que era totalmente ridículo, el chofer del bus no medía ni metro y medio y pesaba menos de 50 kilos, menos de la mitad de lo que medía y pesaba uno de los otros tipos, y segundo, que estaba dejando el bus en una situación completamente alarmante, el ayudante le pasaba la voz asustado, y lo mas trágico es que el bus, por el peso y la tierra suelta, comenzó a ceder poco a poco hacia el precipicio, yo no podía creer lo que veía, mientras le gritábamos a ese idiota para que regrese a su bus y lo retroceda pero no hacía caso y seguía insultando a los conductores, para esto la gente se comenzó a bajar por las ventanas del bus, y fueron los mismos pasajeros los que agarraron al tipo ese y lo metieron al bus para que lo saque de ahí, por fortuna no pasó nada mas, aunque al llegar a Oyón parece que la gente del bus denunció al chofer a la comisaría y el sinvergüenza en el colmo de la falta de conciencia denunció a los choferes de las camionetas, hasta ahora no se porque, claro que quedó sin efecto cuando vieron el brevete del tipo que no era profesional.
Si yo, que no viajo mucho, me encontré con estos señores, es posible que el número de estos irresponsables sea muy alto, llegar a asistir a un lugar donde ha caído un bus es una de las peores cosas que me ha tocado vivir como médico, es una escena que no se te borra jamás de la memoria, y te das cuenta de lo absurdo que es morirse porque el miserable que manejaba el carro estaba borracho o porque simplemente es un estúpido como el tipo de unas líneas arriba.
El plan Tolerancia cero que se ha implantado, aparentemente esta dando mejores resultados, al menos las noticias de caídas de buses son menos frecuentes que antes, sin embargo, la irresponsabilidad sigue siendo la misma, esperemos que las sanciones sean ejemplares, porque intentar llegar a la conciencia de esa gente es algo que va mas allá de todo esfuerzo.
Y encima se atreven a hacer huelgas y a bloquear carreteras…esta gente merece que les caiga todo el peso de la ley, talvez así se pueda aminorar o solucionar el problema y los potenciales pasajeros puedan viajar tranquilos a través de los hermosos paisajes de nuestro Perú.

domingo, enero 14, 2007

Bioseguridad


Cuando era estudiante de Medicina, hace varios años, y comenzamos a ir regularmente a los Hospitales a llevar los diferentes cursos, y a empaparnos del quehacer médico, todos nosotros, con el entusiasmo que caracteriza al joven ignorante atrevido ávido de conocimiento, pasábamos horas conversando con los pacientes, examinando, ayudando a los internos y externos en sus trabajos en piso, sintiéndonos cada vez mas cerca de nuestra vocación.
Lamentablemente al estar más cerca de nuestra vocación, también lo estábamos de algunas otras cosas que vienen con ella, una de ellas el riesgo de contraer enfermedades dentro del Hospital.
Cuando estuvimos en 4to año y empezamos a ver pacientes, uno de mis mejores amigos cayó con TBC, recibió tratamiento pero lamentablemente el año siguiente recayó, por fortuna el tratamiento dio resultado; así como el, aproximadamente 20 compañeros de mi promoción tuvieron la enfermedad solo durante los 4 últimos años de la carrera, siendo los mas importantes los últimos dos, el externado y el internado. A mi me dio tifoidea dos veces, una de externo y la otra de interno, las dos veces mientras rotaba en Pediatría, a veces en el Niño se iba el agua en las guardias, imagínense como era la figura. No quiero pasar por alto las innumerables ocasiones en las que amigos, han tenido accidentes pinchándose con agujas de pacientes con enfermedades altamente contagiosas y/o de muy alto riesgo, creo que no necesito decir que enfermedades son, y a pesar que tomaron las precauciones y las medidas inmediatamente después del accidente pues la desazón queda.
De residente he visto a tres compañeros míos, una de ellos en ese momento acababa de ser mamá, contraer la enfermedad, dos mas en otra ocasión, y ni que decir de los internos.
¿Teníamos como protegernos? Si y No.
Si, porque sabemos que es lo que hay que hacer, tomar medidas de bioseguridad, ponerse guantes, los cirujanos usan ahora mandiles descartables (cuando tienen y pueden), debemos usar mascarillas, etc.
No, porque así nomás no encuentras los guantes para tomar muestras, porque no hay mandiles en ese momento, porque las mascarillas se acabaron y solo te dan una para que la hagas durar dos semanas cuando sabes muy bien que en un día se te desarma; porque aunque uses una mascarilla con todas las reglas es imposible que puedas evitar estar en contacto con la cantidad de gérmenes que hay en un metro cuadrado en la emergencia donde encuentras pacientes con TBC BK con 3 cruces (la mas contagiosa de todas) todos los días y algunos de ellos con recaídas, junto a pacientes con VIH y que también tienen TBC, y peor aun, te das cuenta que todos los que están ahí están respirando lo mismo.
Porque en la realidad de un país como el nuestro los sistemas de bioseguridad prácticamente no funcionan, y si lo hacen, será en departamentos específicos en lugares que se cuentan con los dedos de una mano.
Sabemos a lo que nos exponemos cada vez que vemos a una persona, sabemos los riesgos que aceptamos cada vez que realizamos un procedimiento, y sabemos también lamentablemente que no tenemos mayor respaldo que nuestras familias si nos llega a pasar algo.
En ese marco, en medio de la bulla de la Emergencia, en las salas de los pisos, veo sin embargo a estudiantes, internos, médicos en sus quehaceres diarios, muchas veces codo a codo con la enfermera, asumiendo sus responsabilidades y tratando de dejar lo mejor que tienen, ellos mismos, en cada una de las personas que acuden a ellos por los motivos que fueran, muchas veces exponiéndose a riesgos que podrían ser evitados si hubieran mejores condiciones de trabajo en la práctica.
Ojalá las personas que manejan los hilos de la Salud en el Perú quieran entender de que se trata eso de la Calidad de la Atención en Salud, empezando con buenas condiciones de trabajo, de nada me sirve construir una Posta si no hay médico, y de nada me sirve comprar un Tomógrafo de última generación si el que tengo todavía funciona y mis enfermeras no tienen guantes, mis médicos no tienen mascarillas, y mis pacientes están mezclados en un pasillo cara a cara, sin importar que enfermedad tienen.
Ojalá algún día alguien se tome la molestia de ponerse a pensar y realmente desee entenderlo para poder hacer algo, no en un papel sino en la práctica.
Los resultados serían estupendos para todos.

sábado, enero 13, 2007

El día que el sistema colapsó


Cuando eres R1 de medicina (residente de primer año) en mi Hospital, tienes que rotar en dos ocasiones por Emergencia, de un mes y medio cada una aproximadamente, tu labor consiste fundamentalmente en recibir a los pacientes nuevos que acuden al Tópico, evaluarlos, y definir el tratamiento o la hospitalización en caso de requerirla, además tienes que acudir al llamado a la Unidad de Reanimación que está en la entrada de la emergencia, no toma ni medio minuto llegar corriendo a ver que paciente delicado ha llegado. Y otra cosa que haces es ayudar a tu R2 que es el responsable de la Unidad de Shock-trauma, observación y de todo lo que hagas en el tópico.

Somos habitualmente equipos de 4 R1 y un R2, a veces, dependiendo de la rotación, hay dos R2, con lo cual el trabajo se vuelve más llevadero.

Corría el mes de Diciembre del 2002, era nuestra segunda rotación en Emergencia para 3 de los R1, y rotábamos con dos R2, nos queseábamos lo normal, pero en general todo iba bien.

Y un día algo sucedió…

Empezaba un nuevo día y a las 9 uno de los R2 recibe una llamada, un familiar muy cercano estaba muy delicado de salud, y tuvo que salir dejando al otro R2 a cargo, en ese momento no vimos mucho problema, el equipo seguía casi intacto, aunque había un detalle… eran las 9 y media y no llegaba nadie.

Salí a la puerta de la Emergencia y encontré una cola kilométrica, la gente gritando en la ventanilla y los trabajadores que atendían estaban sin reacción, trataban de calmar a la gente pero el griterío era ensordecedor, como siempre el Jefe no estaba, y uno de los que están en ventanilla, un poco pálido me mira y me dice que el sistema se había caído, y que todos esos pacientes eran del Seguro Integral de Salud (SIS), y que estaban trayendo hojas, tampones, y una cajera mas para atender a los pacientes regulares (no SIS), no todos esos pacientes eran para nosotros, ya que en la cola se veían un par de pacientes con cabestrillos, y unas gestantes; pero eran un montón.

Entonces le dije al señor que iba a hablar con mi R2 (el cual estaba en calidad de no habido desde hacía un rato), pero mejor les apuntaba el nombre y que pasen para atenderlos, y ya ellos se encargaban de regularizar la situación luego, a lo que me dice que eso esta bien pero que ese no era el problema, y ahí caí en la cuenta… una vez que los veía, ¿Qué mas?, ¿Quién iba a pagar los análisis, las placas, o los medicamentos que por el SIS son gratuitos, siempre y cuando se corrobore que les corresponde tener seguro?

No quedaba otra que intentar convencer a la Asistenta Social, lo cual, es más que misión imposible, al acudir a ella, tomó un lavatorio, vertió agua en el, enjuagó sus manos y me dijo que su sistema también se había caído, pero que podía exonerar unos cuantos tickets de atención (MAY, como si fuera gran cosa)

Y comenzaron a llegar los pacientes al Tópico, no se pueden transferir porque el SIS en ese tiempo era sectorial, si perteneces a esa jurisdicción, ahí te atiendes, si vas a otro Hospital, así sea del Estado tienes que pagar, el problema era que nuestro stock era insuficiente para todos los que llegaban, habían pacientes que eran para manejar de una manera bastante simple, pero ese día especialmente habían varios que estaban complicados, y el R2 en vez de ayudar se hacía el desentendido y encima quería que uno de nosotros lo ayudara, obviamente nadie le hizo caso, y el seguía dando vueltas, hasta que lo perdimos de vista.

Al rato comenzó a sonar el timbre de la Unidad de Reanimación, una de mis compañeras fue a ver que pasaba y no regresó, era un paciente con sangrado digestivo que no controlaba presión; la otra de mis compañeras salió con un paciente en la Ambulancia para que se tome una Tomografía, en ese tiempo nuestro tomógrafo se había malogrado y el paciente tenía que ir necesariamente con Médico para cualquier inconveniente, y nos quedamos mi amigo La Luz y yo, batiéndonos en el Tópico que estaba lleno con 2 pacientes por camilla, todos los asientos ocupados y otros pacientes de pie, los tratamientos estaban a medias cuando había algo que se le podía dar al paciente, sino, simplemente estaban esperando, ya que ninguno tenía un sol para comprarse un medicamento, y seguían llegando, incluso transferencias de centros de salud, que por supuesto, también tenían seguro integral.

Era mas de mediodía y estábamos llenos de papeles, los cuales solo tenían nombre, sexo, edad, y razón de consulta, en eso llega la enfermera de Shock trauma preguntándome por el R2, le digo que no sé, me dice que uno de los pacientes está queseándose mas y que lo vaya a ver, voy aunque no sabía muy bien que es lo que iba a hacer, solo era un R1, sin mucha experiencia como para manejar un paciente de Cuidados Críticos, y la verdad la abuelita que me encontré estaba bien quesa, menos mal que la R3 de Nefrología estaba ahí, y fue ella quien la chequeó y se encargó de la paciente, me dijo que regrese al Tópico, que ella iba a hablar con mi R2.

De regreso La Luz ya estaba sudando, me mira como diciendo “estamos jodidos” y de verdad que si lo estábamos, lo único que nos quedó fue comenzar a separar a los pacientes para ver quienes se iban a Hospitalizar de todas maneras solo con interrogatorio y examen físico, como los antiguos semiólogos allá por comienzos del siglo pasado, contamos 13 que de todas maneras se quedaban, los otros todavía estaban en duda.

A las 3 y media aparece un R2, muy amigo mío, que se para en medio del tópico con la expresión que tienen aquellos que ingresan en la Dimensión desconocida, y es él quien llama a un amigo mas para que nos echen una mano porque la cosa estaba caótica en exceso, mientras el se pone a hacer el trabajo del R2, que solo Dios sabe donde estuvo, porque tampoco había avanzado su trabajo.

A las 4 llegó un paciente con un infarto, comenzamos a mover camas, a coordinar pacientes para subir a piso, ahí aprendí un poco de la chamba de un R2 de Emergencia, pero no había solución en el tópico, cuyo nivel de caos llegó a su pico máximo superando al Mercado Central de Lima en los ochenta. A las 4 y 45 finalmente se aparece el R2, donde estuvo, no supimos, el R2 que nos ayudó no lo mira, no le dice nada, aunque se le ve toda la bronca en la cara.

A las 5 comienza el Reporte de guardia, y a esa misma hora, se abre el cielo, aparece una luz y se escucha el Aleluya, se arregló el sistema después de 9 horas de desgracias.

Y a las 5 también aparecen los R3, los expertos en destrucción moral hacia los residentes de años inferiores, y detrás de ellos el Jefe de Residentes, la R3 de Nefro lanza su primer ataque contra el R2 desaparecido en acción, lo trata desde incapaz hasta #$$%@#, el de Cardio prácticamente lo amenaza de muerte cuando llegue a sus manos en dos meses para rotar con él, el de Gastro solo lo mira, pero parece que si le dice algo, le pega y así por el estilo, finalmente el Jefe de residentes le dice que esto no se va a quedar así, y que va a repetir la rotación, que va a conversar con su Coordinador de Especialidad y con el Coordinador de Residentes de Emergencia por lo que ha pasado este día, eso, casi equivale a desaprobar la rotación, y eso es igual a decir chau a la residencia, y el Jefe de Residentes tiene el poder para hacerlo.

Finalmente comenzó el reporte, el cual fue solamente contar las molestias de los pacientes y los posibles diagnósticos, nada mas se podía hacer ya que no habían exámenes, a esa hora regularizamos los documentos de todos, pudimos tomar los análisis, placas y finalmente tomar decisiones, aquel día hospitalizamos 20 pacientes y nos fuimos a la una de la mañana.

Talvez si hubiéramos contado con el R2 igual nos hubiéramos queseado, pero hubiera sido algo diferente, esa vez la recuerdo porque fue la única vez que no vi trabajo en equipo, los R1 tratamos pero es difícil cuando no tienes alguien de mas experiencia que esta apoyándote y tu sabes que está ahí, eso no se vio, y eso fue lo que los R3 reclamaron, todos han pasado por eso y saben lo que es trabajar en esa olla a presión que es la Emergencia.

El R2 no perdió el año, pero repitió la rotación aunque no fue de inmediato sino dos meses después a solicitud nuestra, ya que no queríamos tenerlo de nuevo en la Emergencia, el otro R2 (el que salió por la emergencia familiar) decidió que nunca mas nos iba a dejar en esa situación y hasta nos pidió disculpas “por dejarnos solos”… aparentemente el otro patita ya tenía sus antecedentes.

La Luz, tan peculiar como siempre, le dejó su frase de recuerdo “Si quieres déjanos solos, pero nunca mas con ese %$#%^”

Ese
día no solo el sistema informático del Hospital se cayó, un sistema de trabajo también, y eso pudo traer mayores consecuencias, suerte que una vez mas, y esta vez en Lima, Dios sigue siendo Peruano.

*Imagen tomada de The National Library of Medicine
http://www.nlm.nih.gov/exhibition/perez/paintings/emergency_room.jpg

miércoles, enero 10, 2007

El espíritu japonés

Aquí en Japón, existen ocasiones, que aparentemente no son pocas, en las cuales hay una “atención especial” por así decirlo, al extranjero, me refiero a que hay en ciertos sectores de la sociedad japonesa, aun la idea fuertemente arraigada que todo lo que viene de afuera es malo, y eso no lo digo yo, lo dicen los mismos japoneses con los que he conversado.
No son raros los casos que he escuchado de problemas de extranjeros que solo por el hecho de serlo, han tenido que pasar por situaciones incómodas, incluso un amigo mío, que es médico peruano y está haciendo un Postdoctorado en otra ciudad, donde la colonia peruana y brasileña es algo grande, fue una vez revisado en la puerta de una tienda, y como creían que no sabía japonés, le decían en su cara que de repente se había robado algo; así como esa vez, no pocas veces he visto en las cercanías de la universidad a policías pidiendo documentos a chicos extranjeros que salen de ahí, preguntando por sus bicicletas y cosas así; personalmente a mi no me ha pasado nunca y eso que a veces ando como dice mi madre pensando en las musarañas, cruzando la calle por donde no debo y a veces enfrente de los policías, y tal parece que es por mis facciones orientales, para ellos, soy japonés hasta que se demuestre lo contrario y por eso me dejan tranquilo.

Esto lo confirmé con mis amigos, era el mes de Junio o Julio y me iba a la universidad caminando, en eso aparece uno de los amigos que vive en el mismo edificio que yo en su bicicleta, también rumbo a la universidad, me ve, se detiene, y decide caminar conmigo porque todavía era temprano, así que empujaba su bicicleta mientras conversábamos animadamente en inglés; poco después aparece un patrullero, se para cerca de nosotros, y salen dos policías, y se acercan a mi amigo a pedirle sus documentos, a mi ni me miraron, cuando les dije “sumimasen” –disculpen- recién hicieron como que me vieron, miraron a mi amigo, y sin ver su documentación le dijeron “ah, ryuugakusei ne”, algo asi como “estudiante extranjero, no?” mi amigo solo atinó a decir “hai” y los tipos se despidieron entre disculpas y de repente ya se habían quitado. Yo la verdad no entendí nada, si hubiera tenido que decir dos palabras mas se hubieran dado cuenta que no era ponja. Mi amigo se encogió de hombros y 15 minutos después llegamos a la universidad sin mayores problemas.
Cuando le comenté eso a uno de mis amigos japoneses, el que me queseó, con quien tengo mas confianza, me miró, y me dijo –claro, si tienes cara de japonés y estas con ese polo quien va a dudar que lo seas-
Entonces reparé en mi polo negro con un solo carácter cuyo significado nunca me preocupé de buscar
-Es el antiguo espíritu japonés, es muy importante en la cultura japonesa-
No me pudo dar mas detalles porque no sabía como expresarlos en inglés, y ese día la gente del laboratorio cada vez que me veía decía “sugoi” que es la palabra que utilizan para fabuloso, fantástico, bestial, maldito, mostro, etc.

Pasó el tiempo y el polo se quedó en algún lugar del ropero, como estaba queseado me olvidé del asunto, pero hace unos días mientras ordenaba las cosas en mi ropero encontré el bendito polo y me decidí a encontrarle el significado a ese kanji, que se lee Yamato damashii.
El Yamato Damashii, es un concepto que se refiere al espíritu del antiguo Japón, Yamato se refiere a la antigua cultura japonesa anterior al contacto con la civilización china, y damashii es la forma gramatical rendaku de tamashii que significa alma o espíritu. La traducción literal sería “El espíritu del Yamato”, y tiene una representación de carácter moral, fundamentalmente en el antiguo Japón, este término está también relacionado a la antigua provincia de Yamato, cuyo fundador fue el primer Emperador Japonés Jimmu Tenno.
Entonces está altamente relacionado a la naturaleza esencial de la creencia en la calidad de unicidad en Japón, dicho término aparece en varios contextos, principalmente de tipo nacionalista, que prevaleció en la cultura japonesa en los años del Imperialismo Japonés con su mayor impacto en las décadas previas a la segunda guerra mundial, cuando se vio muy asociado al bushido, una filosofía marcial, conectada a la cultura samurai.
En los años de la Post guerra, el Yamato damashii se ha relacionado al principio de autocultivación viéndose como una experiencia subjetiva, interna y profundamente espiritual. Al tener estas características es muy difícil dar una definición precisa, ya que los escritores versados en el tema tienen diferentes versiones del mismo, en lo que si concluyen es que la llave para entender el verdadero significado del Yamato damashii es inaccesible para aquellos que no son japoneses.
Con un polo que dijera eso, y con mi cara, como decía mi amigo, ¿Quién me iba a parar? Ojo que los japoneses no llevan documentos en la calle porque no los necesitan, nunca le piden documentos a un japonés, solo los extranjeros llevamos nuestro carnet de extranjería y estamos obligados a hacerlo por ley.
Recordé entonces que mi madre, que tiene nacionalidad japonesa (como cierto sujeto en Chile), me contó una vez hace más de 10 años que le sucedió lo mismo mientras caminaba con mi papá, los policías aquella vez le pidieron disculpas hasta mas no poder y se retiraron, a mi papá no le dijeron ni chau.
Ya decía yo que las cosas no podían estar tan bien, era demasiado bueno para ser verdad.
Este país me sigue dando sorpresas, siempre se aprende algo nuevo.

Datos tomados de Wikipedia y de Encyclopedia of Modern Asia

martes, enero 09, 2007

Lecciones de fin de año

Este fin de año lo pasé con mi padre, mis tíos y mis primos en la ciudad de Fuji, en la Prefectura de Shizuoka, fueron poco más de 7 horas en tren normal, entre cambios de tren y demás, no tomé el Shinkansen o tren bala por dos motivos, uno por el costo, y el otro que era el mas importante, hace mucho tiempo que no viajo, y quería disfrutar el pasar de los paisajes, el cambio de clima de soleado a nieve mientras escuchaba algo de música.
Finalmente llegue a Fuji, el Fujisan se veía a lo lejos mientras el tren se acercaba en las estaciones previas, lamentablemente cuando llegué a mi destino ya había oscurecido (aquí oscurece a eso de las 5) y no pude tomarle una foto al Fuji en ese atardecer, se veía mostro, los días posteriores estuvieron un poco mas nublados, aun así le tomé esta foto.
Al menos ahora ya tiene nieve, no como el año pasado cuando era un cerro pelado.
Tuve un merecido descanso, hablé con mi papá largo y tendido como no lo hacía hace tiempo, comí en la casa de mis tíos como si me pagaran por hacerlo y caminé mucho, de sitio en sitio, entre charla y charla pude además hacer unas compras en una tienda de productos latinos, y por supuesto, tomé Inca Kola.
En una de esas caminatas por la ciudad, a orillas del río, casi con la rejilla del ojo debajo del puente percibí un movimiento que llamó mi atención, cuando volví la mirada me encontré con esta escena.
Un homeless en Japón, y no solo él, en la otra orilla del puente había otro exactamente igual. En Osaka, me parece haber visto uno, digo que me parece porque en realidad lo que vi fue un montón de cartones en una esquina, una de aquellas veces en las que tienes algo de tiempo y te vas por ahí como dice mi madre a ver de que color es la calle, cuando le pregunté a un amigo porque había cartones tirados, la única respuesta fue “homeless” y siguió su camino, mientras me decía que estaban aumentando año a año por falta de trabajo.
A partir de esto, me puse a buscar información en Internet, y tal parece que las cifras de personas sin hogar están en aumento, y aunque aparentemente Japón se está recuperando lentamente de la crisis económica que siguió al auge de los 80, esta recuperación se está evidenciando en ciertos niveles socioeconómicos, predominantemente en los mas altos al ser una sociedad de castas, por lo cual es difícil que esta mejoría alcance a las personas de bajos recursos mas allá del apoyo a través de los programas sociales que ya existen, y mas bien esos ingresos van a parar a quienes ya cuentan con una buena situación económica.
Y así entre caminatas, conversaciones y pasar buenos momentos con mis familiares, se acabaron los días de descanso y emprendí el camino de regreso a Osaka, nuevamente el camino se abría frente a mi, y mientras veía los paisajes de regreso escuchando música recordé la imagen de aquel hombre viviendo bajo el puente, las imágenes en mi propio país, en mi propia Lima, cuantas veces hemos recibido en la Emergencia ancianos abandonados, hambrientos y enfermos, personas con discapacidades físicas y/o mentales abandonadas a su suerte, los niños en la calle que te muestran en la cara crudamente la pobreza, no solo de dinero, sino de mucho mas, cuando la necesidad hace que los valores pasen a ser solo un mito del que no se vive.
Coincidencia o no, justo en ese momento estaba escuchando “Someday I’ll be Saturday night” de Bon Jovi.

Hey, man I'm alive I'm takin' each day and night at a time
I'm feelin' like a Monday but someday I'll be Saturday night

Hey, my name is Jim, where did I go wrong
My life's a bargain basement, all the good shit's gone
I just can't hold a job, where do I belong
I'm sleeping in my car, my dreams move on

My name is Billy Jean, my love was bought and sold
I'm only sixteen, I feel a hundred years old
My foster daddy went, took my innocence away
The street life aint much better, but at least I get paid

And Tuesday just might go my way
It can't get worse than yesterday
Thursdays, Fridays ain't been kind
But somehow I'll survive

Hey man I'm alive I'm takin' each day and night at a time
Yeah I'm down, but I know I'll get by
Hey hey hey hey, man gotta live my life
Like I ain't got nothin' but this roll of the dice
I'm feelin' like a Monday, but someday I'll be Saturday night

Y mientras estaba sentado en el tren, viendo las magníficas construcciones, las impresionantes estaciones de trenes, las casitas con paneles solares cubiertas de nieve, vino a mi memoria una frase que había escuchado o leído y a la que no había prestado suficiente atención hasta entonces: Japón, país de contrastes; y me puse a pensar que incluso aquí, en un lugar tan diferente en todos los aspectos, la pobreza tiene la misma cara que en muchos sitios, y aunque suene duro decirlo… la indiferencia también.

sábado, enero 06, 2007

Cuidado con el messenger

Hace unos meses mientras mi madre visitaba a uno de mis mejores amigos que es Endocrinólogo para una evaluación de tiroides, la cual salió normal, éste le comentó que yo “me había maleado” mientras el estaba en su primera exposición como especialista en un Curso Internacional de Diabetes, para la cual se había preparado con días de anticipación, se había comprado una laptop, un terno nuevo, es decir el hombre estaba emocionadísimo y le dijo a mi mamá que yo me había maleado, aunque no le quiso decir en que forma, y que me lo iba a decir por correo.
Mi mamá me comentó eso, y me pareció de lo mas extraño, ¿Como me voy a malear si ni siquiera sabía que tenía esa exposición, y sobre todo, si nos separan miles de kilómetros y un océano? Días después recibí su correo.
Resulta que mi estimado amigo se había comprado como mencioné una nueva laptop, y obviamente como tiene windows le instaló el msn Messenger, el cual estaba programado para abrirse al iniciarse el sistema, dejándolo como conectado.
Aquel día le entregó la laptop al encargado de pasarle las diapositivas, quien por supuesto, encendió la máquina, se inició windows y también el Messenger.
En ese momento, al otro lado del océano, este servidor observó a su pataza ingresar al Messenger, y le comencé a escribir un mensaje de saludo, dado que nos conocemos desde hace casi 15 años (me siento viejo) y nos tratamos como hermanos, nuestros saludos son generalmente de un tono “poco apropiado” por decir lo menos; sin embargo, como era de mañana en Lima, supuse que podía estar en el Hospital o en la Clínica por lo que bajé el tenor del saludo.

Nam dice: HOLA INFELIZ

Lo que Nam no sabía era que en ese momento mas de 300 personas en el auditorio principal de uno de los mas prestigiosos Hoteles de la ciudad capital de su país de origen, la mayoría de ellos médicos, estaban leyendo una ventana de msn Messenger que súbitamente apareció ante sus ojos a la mitad de la disertación de un joven endocrinólogo que cambió su cara de erudito por la de “MAY” en una fracción de segundo, y que sin embargo, tuvo los recursos para resolver el problema de inmediato y acabó la charla sin mayores dificultades y solo con ganas de matar al fulano que le pasaba las diapositivas y al fulano que lo saludaba desde muy lejos.
En aquel momento solo vi que poco después de enviar el mensaje, mi amigo se desconectó, a lo que supuse que estaba en el Hospital y no quería que lo vieran chateando.
Cuando me enteré de lo sucedido, primero dije “Pucha, que roche”, es mas, hasta me sentí un poco mal, pero eso solo duró un segundo, o menos, acto seguido me reí ininterrumpidamente por un tiempo bastante largo, prácticamente hasta el llanto y el dolor abdominal, a lo que mi amigo obviamente no le encontró mucha gracia.
Finalmente tuvo que aceptar que aunque no fue una broma deliberada, fue realmente muy buena, y si le hubiera pasado a otro, estoy seguro que hubiera sido el primero en reírse.
Y creo que aceptaría de muy buena gana el correo que le estoy mandando en este momento que dice lo siguiente.

VAIO de Sony: 1500 dólares
Terno nuevo: 200 dólares
Preparar tu primera presentación como especialista en un curso internacional: una semana estresado y las últimas 3 noches sin dormir
Que tu mejor amigo te escriba HOLA INFELIZ con mayúsculas en medio de la presentación ante 300 personas: NO TIENE PRECIO.

Afortunadamente ya se le pasó… creo.
Por suerte somos amigos, y por suerte no puede venir hasta aquí.