Ayer tuve otra vez un sueño, uno como los de antes, soñé que regresaba a casa después de un largo día, que las cosas en la Universidad habían ido bien, y después de estar un rato con mi gente, abría la puerta del garaje como siempre, y ahí estaban todos, mi mama y mi tía hablando de -que fulanita esto, fulanita aquello-, mientras el olor de la cocina va provocando que comience a salivar; mi papá en el sofá, durmiendo mientras finge ver la TV, mis tíos concentrados en el partido diferido diciendo hola por reflejo, mis primos en su cuarto haciendo bulla con la tele a todo volumen pero sin que nadie la mire. Llego a mi cuarto, dejo las cosas, y me pongo a escuchar música y prendo un cigarro, el único del día, mientras escucho a mi madre gritando el clásico, -ya esta listo!!!- llegan mis primos corriendo, chocando con las sillas e insultándose mientras se empujan; mis tíos dicen –ya vamos- cuando en realidad no han movido un dedo y no tienen intención de moverse; mi papá esta despertando un poco, y yo apago el cigarro, escucho mi nombre, y miento con un –ya ahorita voy-, y me quedo mirando la ventana del cuarto un rato, pensando en muchas cosas, o como dice mi madre –en las musarañas-.
Desperté, y me di cuenta que más de 10 años y miles de kilómetros me separan de aquella escena; mi gente ahora esta repartida alrededor del mundo, mis primos ya dejaron de correr empujándose hace tiempo, ahora solo se insultan desde diferentes continentes, mi madre y mi tía ahora cocinan en casas diferentes, mi papá sigue durmiendo en el sofá, mi tío menor sigue diciendo ya voy sin moverse, aunque el mayor de mis tíos ya no nos acompaña.
A veces, cuando los momentos se vuelven difíciles, y no veo mas que un camino desolado, frío y gris, sin alcanzar a ver hacia donde va, tengo la necesidad de recordar un momento alegre y de paz en mi vida, de tomar aire e impulso para creer que las cosas pueden ser mejores que antes, con la intención de dirigirme a esa vereda e intentar capturar su magia oculta, disfrutar los lugares a donde me lleve, y que esos lugares me deparen por si mismos momentos de paz a donde podré llevar mis sueños para continuar caminando.
1 comentario:
Pucha mare me has llenado los ojos de lagrimas!
No me digas que ahora no es tu culpa...
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